La última parte del discurso de Michael Jordan inicia con una broma sobre Bryan Rusell que un año antes en los entrenamientos le comentó que él podía detenerlo, a lo que MJ respondió con una broma cuando se enfrentaron nuevamente en la duela.
Y por último nos expresa su sentir hacía el básquetbol, no escribiré acá lo que dijo para que vean el video completo, pero sinceramente creo que si todos nos sentimos así con lo que hacemos, en la Ingeniería Industrial, la comunicación, las relaciones públicas, la educación, la familia, los amigos, nuestra religión y actuamos en consecuencia, estoy seguro que todo será mejor a nuestro alrededor.
Michael Jordan no sólo fue un gran jugador, sino es una gran persona, y como dice en su última frase: "los límites como los miedos, son a menudo una ilusión".
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