11 de agosto de 2013

Mi primer maratón (4 de ?)

Me he quedado en la narrativa del miércoles primero de mayo cuando recién nos hemos trasladado a casa de los tíos de Chuyo.

Iniciamos instalándonos en la casa y haciendo algo de tiempo para conocer a su tío que estaba trabajando al llegar nosotros a su casa. Lo esperamos mientras el Bayern Munich le ponía un baile de 3-0 al Barcelona en Camp Nou. Nos presentamos con él y nos ha invitado a desayunar-comer a un buffete de casi todo lo que se le pueda ocurrir a un restaurant. Comimos sanamente y mucho, bajo pretexto de que necesitábamos cargar nuestro cuerpo de carbohidratos y proteínas principalmente.

A la salida del buffet y ya luego de avanzar unas cuadras Chuyo se ha percatado de que olvidó su man handbag que contenía su ipad en el restaurante. Rápidamente he decidido bajarme del carro en un semáforo y correr rápidamente hacia el lugar donde comimos, he llegado sin problemas y apenas me vio la señorita de caja se me acercó y me entregó el olvido de Chuyo. Agradecí cordialmente, salí del lugar y un par de minutos después llegaron por mí.

De vuelta en el Corolla nos dirigimos a una tienda de Triatletas, puesto que en el equipo viajaba un Ironman (que no es lo mismo que triatleta) con el objetivo de que Paco comprara un reloj súper pro que mide resistencia y temperatura del agua, dirección del viento, altimetría, ritmo de pisada, ritmo de braceo, distancia recorrida, ritmo cardíaco, se sincroniza con la internet y algunas cosas más excepto la hora. Lo encontramos rápidamente y preguntando precios nos dimos cuenta que ser triatleta es más caro de lo que se puede pensar. Luego de una lucha interna-externa, porque Paco nos preguntaba nuestra opinión, decidió pagar el complejo aparato y minutos más tarde nos confesó que si no fuera por la presión que ejercimos en él difícilmente lo habría adquirido.

Habiendo cumplido una parte primordial del viaje (la compra del reloj) nos dirigimos a Santa Monica, donde justo al llegar nos tocó ver un altercado en los vestidores donde por poco estuvieron a punto de liarse a golpes un afroamericano y un americano de mediana edad. Paco, Carlos y Chuyo se vistieron, y han tenido la gentileza de acompañarme a una tienda departamental (hermana de Sares-Rochild, donde vivía La Pícara Soñadora (encarnada por Mariana Levy (quien murió víctima de un paro cardíaco provocado por un asalto en un semáforo de Ciudad Capital hace algunos años))) donde adquirí un traje de baño para lucir ad hoc en las playas californianas.

Hemos intitulada a esta playa fantochilandia donde en una serie de aros, barras, cuerdas y otras cosas en un espacio bastante amplio batos y morras por igual lucían sus habilidades y cuerpos brincando, balanceándose, paseándose, yogueando, kungfuando, etc. 
En estos aros se balanceaban como changuitos y llegaban al final para regresar de nuevo al origen, unos con más gracia que otros y otras con más gracia que unos. Recomiendo ampliamente esta playa para los que gusten de habilidades circenses, playas limpias y amplias.

Al terminar el playeo y ya de regreso a casa acudimos Toys R'us porque uno de los viajeros quería adquirir un Wii U con el premio de una quiniela de la UCL que aún ano ganaba. Ese viajero era yo. Acabado estaba el Wii U negro y también Injustice: Gods Among Us. Ante el poco éxito en la juguetería fuimos a un Best Buy, donde no estaban las películas de Batman: The Dark Knight Returns en bluray y a buen precio, pero si estaba el Wii U y también Injustice. Tengo que escribir aquí que fue invertido el premio antes de ser ganado en estos objetos. Chuyo adquirió a Paulina, un GPS súper listo que fue de gran ayuda desde ese momento y durante el resto del viaje, aunque seguramente lo sigue siendo. Al salir de allí en un Target se siguieron haciendo compras de regalos para algunos hermanos de algunos viajeros. Para finalmente terminar el día en las no tan famosas hamburguesas In n Out, nuevamente con la justificación de cargarnos de carbohidratos y proteínas que serían consumidas el domingo 5 de mayo.

Al llegar a casa nos fue asignada una cama a cada uno, por lo que estuvimos aún más agradecidos con la hospitalidad del católico hogar. No es necesario mencionar que dormimos muy bien y con la ilusión de ir al otro día al lugar más feliz del mundo.

Continuará...


No hay comentarios:

Publicar un comentario