9 de agosto de 2011

No perdí a una colega, gané una madrina

Hace algunos días fue el último día en la Universidad Panamericana de una de las personas que más me han hecho crecer profesionalmente: mi buena amiga Mamper De Obeso.

Su sentido de responsabilidad para los encargos que tenía, su calidad humana para con sus alumnos y colegas, y muchas otras virtudes que nos dejo ver profesionalmente hacen que su trabajo será de extrañarse por la universidad.

Se lo dije en persona, y ahora en mi blog, su competitividad, cumplimiento de los tiempos, múltiples abreviaturas utilizadas por nosotros (bd, pde, cdar, muotr, nd, kk, aleman, etc), no solo me hicieron crecer profesionalmente con tal de que no me ganara, ni siquiera en la entrega de contratos, sino que hacían el día a día más agradable y llevadero, incluso cuando el Tzitlacalli Panamericana nos alcanzaba.

Afortunadamente seguiremos contando con ella como profesora y asesora universitaria en la carrera de ingeniería industrial, esto en el aspecto profesional, pero lo más importante es que la tendré junto a su esposo como padrinos de paternidad, y sé que siempre puedo contar con ella como amiga.

Mamper, mil gracias por todo.

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