Hace unos días he acudido a Carl's Jr. a por un combo para comer, tenía un cupón para agrandar de mediano a grande por lo que decidí utilizarlo.
Al pedir mi paquete me ha preguntado el socio de Carl's Jr. ¿desea sus papas a la francesa, Crisscut o aros de cebolla? "Crisscut, por favor" he respondido.
Al llegar a casa y sacar mis alimentos me he percatado de que me dieron papas a la francesa. Luego de poner en Facebook mi experiencia y la pregunta: "¿entonces para qué me preguntó?" Algunas de mis amistades han repartido parte de la culpa en mí por no haber revisado mi orden.
Eso llevaría a no confiar en los demás, a no solo abrir la bolsa, sino también a verificar que la hamburguesa que te han dado corresponde a tu pedido. De hecho ya había tomado del refresco porque a veces la coca-cola no sabe a refresco, pero no pensé ni pienso que algo tan sencillo como darte unas papas necesite verificación (junto con la hamburguesa) cada vez que realices una compra.
Me doy cuenta con mi conteo de días sin enojarme que mi carácter ha cambiado, en otros tiempos no solo me hubiera enojado, sino que quizá hubiera vuelto al local que me ha entregado mal una orden. Dos días después de esto los de Telecable me dejaron un día sin teléfono, tampoco me disgustado pero si he exigido.
En la universidad donde trabajo, UP GDL, la red se cae constantemente, el ERP que utilizamos falla en ocasiones, impidiendo que trabajemos el 100% del tiempo a nuestro. Si bien es una ineficiencia, esto no me hace enojar, si me inquieta, pero aprovecho esos tiempos para dedicarlo a otros asuntos que no requieren estar en la nube.
A mis alumnos de las generaciones 2009 y 2010 sobre todo, les ha tocado vivir este cambio. A muchos de ellos les tocó ver mi cara de hielo, pero también les tocó vivir el cambio que he dado, y mi lucha constante para controlar muchas situaciones de la vida diaria.
En este momento llevo 106 días sin enojarme, lo malo de esto es que cuando me enojo me pongo como Bruce Banner cuando no logra controlarse.