El día de hoy viernes 6 de Octubre de 2011 a las 20:20 al salir de la oficina en la que trabajo dentro de la Universidad Panamericana acaecía una lluvia, no muy fuerte, pero suficiente para mojar bastante bien al caminar bajo ella y aconteció lo siguiente:
Al dirigirme hacia mi carro había tomado un paraguas de los que la universidad provee para los traslados de un lugar a otro dentro de las instalaciones, y me percaté que había 4 alumnas bajo un paraguas idéntico al que yo traía comentando sobre donde estaba su carro.
Una le preguntó a otra: ¿dónde estás?
Una respondió: "hasta el final de las vacas"
En ese momento a mi me faltaba caminar algunos 30 metros hacia mi carro, por lo que me acerqué hacia ellas y les dije: "Tomen este paraguas"
Se me quedaron viendo con extrañeza, y al verme mojar mientras les acercaba el paraguas una de ellas finalmente lo tomo.
Todas muy agradecidas dijeron: "Gracias"
Conforme acelere mi paso hacia el carro para evitar mojarme demasiado escuche a lo lejos: "Todavía hay gente buena".
Dos cosas me quedan claras:
- Se necesita muy poco para dar una alegría.
- Hace mucho que ellas no tenían un gesto con algo tan ordinario como aceptar un paraguas.
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